Las noches son claras, aunque cargadas de apatía y de indolente expectación.

Llovía el día en que Rahel regresó a Ayemenem. Hilos de plata inclinados se incrustaban en la blanda tierra y la levantaban como si fueran balas de fusil. En la colina, la vieja casa lucía su pronunciado tejado a dos aguas como un sombrero calado hasta las orejas. Las paredes, veteadas de musgo, ofrecían un aspecto mullido e incluso algo pandeado por la humedad que se filtraba del suelo. El jardín, abandonado y cubierto de maleza, estaba plagado de correteos y susurros de seres diminutos. Entre los hierbajos, una culebra se restregaba contra una piedra reluciente. Ranas de color amarillo recorrían esperanzadas el estanque, lleno de verdín, en busca de pareja. Una empapada mangosta cruzó como un rayo el camino de entrada, cubierto de hojas.
La casa parecía deshabitada. Puertas y ventanas estaban cerradas a cal y canto. La galería delantera se hallaba vacía. Sin muebles. Pero fuera continuaba aparcado el Plymouth azul cielo, de alerones cromados, y, dentro, Bebé Kochamma seguía viva.
ERa la tía abuela más joven de Rahel (...) Rahel había ido a ver a su hermano Estha. Eran gemelos bivitelinos (...)
En aquellos primeros años amorfos en los que la memoria apenas se había iniciado, en los que la vida estaba llena de Comienzos y no tenía Finales, y Todo era Para Siempre, Esthappen y Rahel pensaban en si mismos, juntos, como Yo, y por separado, individualmente, como Nosotros. Como si fuera una extraña raza de gemelos siameses, separados físicamente pero con identidades conjuntas. (...)
Y eso no son más que las pequeñas cosas.
En cualquier caso, ahora piensa en Estha y en ella como ésos, porque, al haberse separado, ninguno de los dos es ya lo que fueron o un día pensaron que serían.
Y nunca lo serán."
Arundhati Roy, El dios de las pequeñas cosas, 1997
...
"Esta es la historia de tres generaciones de una familia de la región de Kerala, en el sur de la India, que se desperdiga por el mundo y se reencuentra en su tierra natal. Una historia que es muchas historias. (...) Esta apasionante saga familiar es un gozoso festín literario en el que se entremezclan el amor y la muerte, las pasiones que rompen tabúes y los deseos inalcanzables, la lucha por la justicia y el dolor causado por la pérdida de la inocencia, el peso del pasado y las aristas del presente. Arundhati Roy ha sido comparada por esta novela prodigiosa con Gabriel García Márquez y Con Salman Rushdie por sus destellos de realismo mágico y su exquisito pulso narrativo."
Con El dios de las pequeñas cosas Arundhati Roy, arquitecta y guionista de series televisivas y películas, ganó el Premio Booker de 1997.
Arundhati Roy, El dios de las pequeñas cosas, traducción Cecilia Ceriani y Txaro Santoro, Barcelona, Anagrama, 2001. ISBN 9-7888433-966711
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